viernes, 30 de noviembre de 2012

La Única Excepción: Capitulo 1.


Capitulo 1


El sol es tan irritante, el pelo empieza a pegarse a mi nuca. Como odio que mi madre me obligue a recoger a mi hermano en la escuela, no me va a alcanzar el tiempo para maquillarme antes de que pase el autobús. Iré hecha un desastre a clases.

Voy prácticamente corriendo, estoy a unos cincuenta metros de la escuela y suena el timbre de salida. Aleluya, pensé. Apuré aún más el paso. Mala idea. Inhala, exhala. Inhala, exhala. Necesito mejorar mi condición física. Los niños del último año me miran divertidos y se están burlando. Suprimí el impulso de mostrarles mi lengua, además si lo hacía perdería mi goma de mascar en el intento, y la de fresa es mi favorita.

Visualicé a mi hermanito.

¡Hey! ¡Joshua, aquí! me miró y se dirigió hacia donde me encontraba.

¡Hola!me sonrío.

-
Hola, ¿Quieres que lleve tu mochila?

Soy fuerte, yo puedo.

¿Seguro?

Mmm… no realmente, llévala.

Como usted ordene mi capitán hice un gesto de saludo militar, el rodó los ojos. ¿Desde cuándo los niños de siete años ruedan los ojos?

Me cargué la
muy pesada mochila al hombro. ¡Por Dios! ¿Qué rayos usan los niños para escribir en estos días? ¿Piedras? Son demasiados libros y muy pesados, pesa más que mi mochila y a mí me faltan 2 años para ir a la universidad. 
Hablando de estudiar, voy a llegar tarde de nuevo. Apuré a Josh.

—Phineas y Ferb ¿Eh ¿No es muy infantil para ti? me preguntó una voz, con un interesante acento no identificado.

¿Disculpa? levanté una ceja.

Me volví ¿Quién es él? Parece salido de una película o mejor aún de un libro. Tuve que contenerme para no babear. Era un chico muy atractivo, creo que la palabra para él es sexy.
 Lo primero que veo de un chico son los ojos y el los tenía increíblemente azules, grandes, con unas largas pestañas y el cabello corto, negro, desordenado bastante lindo.

La verdad los chicos no son mi fuerte, no estoy precisamente interesada en una relación, mi objetivo es simple, graduarme y estudiar arquitectura y mantenerme lo más alejada posible del sexo opuesto; y no, definitivamente no me gustan las chicas.
Soy femenina, y sé que no soy fea pero no tengo una buena impresión de los hombres y eso definitivamente no va a cambiar.
 Y luego de ver los ojos de un chico, no sé porque pero por alguna razón la segunda cosa en la que me fijo es en los zapatos, raro, ya se. El iba con unas zapatillas le coq sportif negras que iban bien con su muy alta y atlética figura, tal vez es dos años mayor que yo. Me sonrió, que sonrisa más perfecta parece editada con photoshop. Rayos no lo mires. Me percate de que lo había estado mirando con la boca abierta por mucho tiempo, cierra la boca, me ordené mentalmente.

Linda mochila fruncí el ceño.

Es de mi hermano y tiene siete años hice gestos en dirección a Joshua.

Tranquila, no me vayas a golpear. Además, mira me mostró la mochila que traía no pude reprimir una carcajadame gusta más la tuya la mía es… muy rosada.

En su hombro traía una mochila rosa brillante y ahí justo en el medio una Barbie con la frase “sé lo que quieras ser” y “barbie girl” unas siete veces por toda la mochila.


No me había percatado de la niña a su lado, ella también con los hermosos ojos azules del chico pero ella tenía el cabello rubio y ondulado.

Hola le dije ¿Cómo te llamas?

Zoé contestaron Joshua y la niña al unisonó.

¿La conoces?

Estamos en la misma clase. respondió él.

La niña se sonrojó y dirigió su mirada hacia otro lugar.

Me gusta tu nombre.

Gracias. Me sonrió tímidamente.

Luche contra mi curiosidad unos instantes, pero perdí.

¿De dónde vienen?el elevó un ceja y esbozó una pequeña sonrisa.

Grecia, somos de Grecia. Al menos yo ella ha vivido aquí desde que nació.

Oh medite unos instantes pensando que sabía de Grecia, ¿Es Grecia la de la pizza?, o ¿era Italia?, ya sé en Grecia se come queso… si no me equivoco, que cosa tan tonta, ¡Todo el mundo come queso!
No tienes ni idea de Grecia.
No, para nada.
No me sorprende. —Rodé los ojos. Pensé un momento…

Espera, ¿Es la de los dioses?

Ajá…

Bueno, creo que sí sé algo sonreí orgullosa de mí, miré la hora. Rayos, no voy a llegar a tiempo a clases Ya me tengo que ir, nos vemos. Ese pensamiento me hizo sonrojar. Me sentí tonta. Que no se note, que no se note ¡Por favor! Por un momento pensé que sería lindo volver a verlo, deseché ese pensamiento. Tomé a mi hermano de la mano y me dirigí hacia mi casa. En ese momento me llamó.

¡Espera! Me volví hacía él. ¿Cómo te llamas?

Dudé por un segundo.

Amanda, ¿Y tú?

No acostumbro decirle mi nombre a los extraños.

Dio media vuelta y se alejó. Idiota.

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